jueves, 18 de septiembre de 2008

Missing


Missing, de Costa-Gavras, relata la situación política de Chile tras el golpe de estado de Pinochet. La historia se centra en una de tantas desapariciones que tuvieron lugar por aquel entonces. Desapariciones que en la mayoría de los casos acababan en muerte a las pocas horas del secuestro. Los militares irrumpían con violencia en las casas señaladas, ocupadas por personas que simplemete pensaban diferente. O que simplemente pensaban. Algo de esto me suena. Algo de esto pasó también por aquí.


Charles Horman y su mujer Beth son una pareja de norteamericanos que dedició mudarse al Chile de Salvador Allende en busca de la utopía socialista. Jóvenes inquietos, de la acomodada clase media norteamericana, que tenían interés por descubir otro país, Chile, donde se estaba viviendo una situación política atractiva para ellos.


11 de septiembre de 1973. Golpe de estado. Asesinan a Allende y el país se convierte en una batalla campal. La capital, Sanitago, es tomada por los "milicos" y empieza la búsqueda y captura de todo enemigo del régimen. Charles Horman es uno de estos enemigos, que además sabe demasiado debido a un encuentro accidental con miltares norteamericanos en una ciudad de la costa chilena. Charles desaparece y su mujer, Beth, emprende una búsqueda desesperada. En su ayuda, acude Ed Horman, padre de Charles, un hombre de negocios neoyorquino que no es capaz de concebir que su país pueda hacer algo inmoral. Tampoco es capaz de creer que a un ciudadano norteamericano pueda pasarle algo. Si se es americano todas las puertas se abren. Estés donde estés.


Me encanta cómo va evolucionando en personaje de Ed, como pasa del: "¿en qué líos estaríais metidos para que esto haya ocurrido", al "¿qué demonios habéis hecho con mi hijo?". Es vergonzoso todo lo que ocurrió, estremecedor el momento en el que Ed llama por un micrófono a su hijo dentro del Estadio Nacional, donde estaban hacinados los presos políticos. Y ésta es una historia basada en hechos reales, según el propio director. Lo que más me cabrea es que hubo cientos y miles de historias similares reales. Esto pasó. Y es una pena que se olvide.


Me enfado mucho cuando veo esta película.

2 comentarios:

desconvencida dijo...

La escena del Estadio Nacional es escalofriante... me recuerda a Víctor Jara y a tantos otros que agonizaron allí....

El personaje de Jack Lemmon es todo un acierto... un padre que se ha distanciado de su hijo a causa de sus ideas políticas, y que precisamente a raiz de su desaparición y gracias a su nuera es cuando le empieza a comprender... Es una peli muy triste...

Helene Hanff dijo...

Me encanta Jack Lemmon en el papel de Ed Horman, cómo desprecia a su nuera y cómo se reencuentran. Sí, es muy muy triste.