Es un día lluvioso. No importa porque estoy donde quiero estar. Pocas veces logro conformarme y disfrutar del aquí y el ahora. Tengo un día apasionante por delante. Un día solo para mí. Tengo la guía en la mano y decido acercarme primero al Metropolitan Museum of Arts.
Hombre de la taquilla: "¿Estudiante?"
Yo (halagada): "no"
Hombre de la taquilla: "son 20 dólares, ¿está usted de acuerdo?"
Yo (sorprendida): "ehhh...sí, ¿no?
Me hace gracia esto de los americanos. No establecen un precio exacto para ciertas cosas. Te sugieren que el precio de entrada es de 20 dólares, pero tú tienes la última palabra. Aunque esta claro que nadie va a decir que no está de acuerdo...cosas raras que no entiendo muy bien.
Leo en mi guía: "El MET es una ciudad-estado cultural con recursos propios, una colección de dos millones de objetos y un presupuesto anual de más de 120 millones de dólares".
Cierto. Hay en este museo más cuadros de Picasso de los que he podido ver en todos los museos de España. Y de Van Gogh, de Monet, Manet, Gauguin, Cezanne, Renoir...Hay más Europa en el MET que en la propia Europa. No me extraña que los neoyorquinos sueñen con París, si tienen un gran trozo de París junto a Central Park. Después de dos horas tratando de seguir un itinerario imposible -las salas se suceden unas a otras como si fuesen un gran laberinto- me he dejado llevar. Quería encontrarme cosas por sorpresa. Que el museo me sorprendiese. Y así ha sido: arte de Oceanía, máscaras tribales de tamaños inimaginables; Grecia y Roma en todo su esplendor; algunos de los grandes, como Modigliani, Chagall, Miró, Dalí, Paul Klee; y, como no podía ser de otra forma...¡¡Edward Hopper!!
Descubrimientos. Dos pintores americanos: Thomas Eakins ("The champion single sculls") y John Singer Sargent ("Madame X"). Aunque no haya sido un descubrimiento, me ha encantado encontrarme con la escultura de una bailarina de Degas, con su tutú de tela: "The little forteen-year-old dancer". Curioso también ha sido descubrir el "Wisteria Dining Room", de Auguste Rateau. Se trata de un salón Art Nouveau y, según explican, es el único salón de este estilo que se encuentra en un museo americano.
El Whitney Museum of American Art se alberga en un edificio diseñado por el arquitecto de la Bauhaus, Marcel Breuer. La colección permanente está compuesta por obras de Hopper, Alexander Calder o Willem de Kooning. Una de las exposiciones temporales: "Polaroids: Mapplethorpe", obra del fotógrafo Robert Mapplethorpe de 1970 a 1975. Son fotografías transgrsoras (ya lo advierte un cartel a la entrada: "lo que van a ver a continuación puede que no guste a todo tipo de públicos"), donde el artista, utilizano Polaroid, retrata a amantes desnudos, amigos, músicos (como Patti Smith) y a él mismo.
La Neue Gallerie está ubicada en una antigua mansión de los Rockefeller en la 5ª Avenida, frente a Central Park. Es un museo dedicado al arte alemán y austríaco con obras de artistas como Egon Schiele, Gustav Klimt o Paul Klee. En la planta baja hay un restaurante, el Café Sabarsky, donde sirven comidas, pasteles y cafés típicos vieneses.
Tarde lluviosa en Nueva York. No hay nada mejor que tomarse una tarta de queso con vainilla y un enorme café con crema, después de haber pasado el día viendo museos. Tras los cristales del Café Sabarsky veo lluvia, mucha lluvia. y, tras la 5ª Avenida, Central Park.
2 comentarios:
Tu viaje me trae muchos recuerdos. También llovía cuando yo me tomé el café en el Sabarsky. Sonaba Satie en el piano. Qué ganas de volver.
Hola K! Ese sitio tiene mucha magia. Es raro sentirse en Viena cuando realmente se está en NY...
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