sábado, 29 de agosto de 2009

Esta es mi vida


De fotógrafa oficial del rock 'n' roll a fotógrafa de personajes famosos: políticos, actores y actrices, músicos, modelos...Annie Leibovitz ha retratado a las personas más conocidas de los últimos tiempos. Desde la reina de Inglaterra a un moribundo William S. Burroughs; desde el gabienete Bush a los White Stripes emulando un circo ambulante a las afueras de Nueva York. Los contrastes son inmensos. Todos los personajes célebres, sean de la condición que sean, no llegan a sentirse en lo más alto hasta que no son fotografíados por Annie Leibovitz. Quizá esto último sea excesivo, pero ¿qué tienen en común Colin Powell y Kate Moss sino el deseo de ser fotografíados por la más famosa de las fotógrafas?




La exposición "Annie Leibovitz. Vida de una fotógrafa 1990-2005" muestra una selección de más de 200 fotografías con las que el espectador puede hacerse una idea de lo que vivió Leibovitz durante este periodo de tiempo. Entre ellas se encuentran sus más famosos retratos, como la fotografía de una Demi Moore embarazadísima, hasta escenas cotidianas de su vida: recuerdos de viajes a Venecia con su pareja Susan Sontag; vacaciones con sus padres en su casa de Rhinebeck (Nueva York); retratos de sus hijas...



Me gusta la selección que han hecho porque es fiel a lo que pretendía mostrar: "Annie Leibovitz. Vida de una fotógrafa" muestra eso, su vida, que está llena de momentos emocionantes, como supongo que será el retratar a Bill Clinton o a Nelson Mandela; pero que también hay sitio para la vida en pareja, para los hijos. Retratos de tristeza y de alegrías. La vida, al fin y al cabo. Me gustan las fotos que hay de sus padres, cómo trata de extraer el gesto que muestre la esecia de su madre. Me gustan las escenas cotidianas de cuando llega el momento de levantarse de la cama y sus padres aparecen despeinados, pero naturales, sin mostrar ningún tipo de sorpresa porque su hija esté de alguna manera invadiendo su intimidad.



Luego está la parte dedicada a Susan Sontag. Creo que la elección de las fotografías y la explicación que de ellas hace la fotógrafa revelan el tipo de relación que existía entre ellas. Una profunda admiración de Annie por Susan, todo lo que le enseñaba, los viajes, Venecia, París, incluso Sarajevo. Cómo Annie cuidó de ella cuando se puso enferma de cáncer. Cómo quería retratar cada momento, como si no fuese a haber otro. Hay fotografías realmente impactantes. Annie Leibovitz abre las puertas de su vida en esta exposición. Parece decir: "Sí, he fotografíado a este y a este otro, pero he sufrido como otros, he amado, como todos. Soy humana. Soy humana".

No sé si es bueno o es malo, pero siento curiosidad por las vidas ajenas. Me gustan las personas, me gusta ver qué tipo de vidas han elegido, qué es lo que no he elegido yo. Esta exposición trata de eso, de mostrar una vida. Una vida fuera de lo común, claro. Pero una vida. Si tenéis la oportunidad de acercaros, os la recomiendo.