lunes, 4 de julio de 2011

La boda de Rachel


Kym es una persona complicada. Después de pasar una adolescencia turbulenta, llena de drogas, alcohol y mentiras, parece que toma la decisión firme de reconducir su vida. Llega el momento de salir del centro de rehabilitación para acudir a la boda de su hermana Rachel.

Un fin de semana que se presenta como el momento del reencuentro y de la celebración se transforma en una prueba vital para toda la familia Buchman. ¿Están preparados para perdonar a Kym? ¿Y para perdonarse a sí mismos?

Esta película, protagonizada por una sorprendente Anne Hathaway –primer papel dramático en el que la veo-, pone a sus personajes en situaciones totalmente límites. El rencor del pasado sale a la luz y las cosas que parecían olvidadas y enterradas resurgen con una fuerza virulenta para acabar trastocándolo todo.

Siento lástima por Kym. Su situación no es fácil, pero también la odio en muchos momentos, ¿todo vale y todo se le debe consentir porque está en un momento duro dentro del proceso de rehabilitación? ¿Se pueden llegar a perdonar según qué cosas aunque las haya cometido un familiar en un momento de pérdida absoluta de control?

Para mí, el momento cumbre de la película es cuando Kym está en el grupo de ayuda y dice: no quiero creer en un Dios que me perdone. No puedo y no quiero perdonarme por lo que hice. Puedo vivir con ello, pero no puedo perdonarme. No puedo permitírmelo. Recuerdo esa escena y me entran escalofríos. ¿Cómo convivir con esa culpa?

No me gustaría estar en su piel.


La película está rodada de tal manera que integra al espectador en la escena. Es como si estuvieras invitado también a la boda. Giros bruscos que, a mi parecer, emulan los movimientos de una persona que no quiere perderse nada de lo que está ocurriendo a su alrededor. Y no es para menos porque, a pesar de las peleas, los gritos y la falta de discreción con los invitados, la boda de Rachel es la boda más increíble que he visto en mi vida: marchas nupciales con distorsión, cantantes de soul, hip hop, break dance, saris en vez de trajes blancos de novia…todo muy extravagante.

La boda de Rachel me parece un peliculón. Eso sí, mi recomendación es verla en un momento dulce.

1 comentario:

Marisol - casas en venta dijo...

ah que bien que se casa sobre todo despues de tanto que paso... igual se lo merece :)