sábado, 13 de junio de 2009

La guerra ha terminado



Debía de ser duro ser un refugiado español en París. Pertenecer al Partido Comunista y tener que viajar continuamente a España, de manera clandestina, por esas carreteras tortuosas, con identidades falsas, despistando a los policías de la frontera. Llegar a Madrid, organizar alguna acción con la que seguramente no se conseguiría nada. Debía de ser duro ser Diego un día, Domingo al siguiente, Carlos al otro.


Esta es la historia que cuenta el director francés Alain Resnais en "La guerra ha terminado", película rodada en 1966, con guión de Jorge Semprún (y basada en las experiencias personales del propio Semprún). Diego, el nombre real del protagonista, es este refugiado revolucionario que lucha desde el exilio por una España sin dictadura. Pero los años pasan y comienza a plantearse si todo lo que está haciendo merece realmente la pena. Sus vacilaciones ideológicas, le enfrentan de alguna manera con la cúpula del partido, que está perfectamente representado -según informaciones de expertos en el tema- por "el burócrata" y por "el jefe", entre otros, que no se cansan de decir: "Diego, estás perdiendo la visión de conjunto. Estar tan cerca de la realidad no te deja ver las cosas con claridad".




La película está rodada sin ningún tipo de iluminación artificial y las escenas de amor están tratadas de una manera especial, anteponiendo la estética a la realidad. Una maravilla. Y él, Yves Montand, tan elegante, tan serio, con su eterno cigarro en la boca, luchando por la libertad de su país...Y ella, su mujer, papel representado por Ingrid Thulin, tan elegante también, tan moderna para su época, tan guapa...Cuando veo este tipo de películas me entran ganas de revolución...

3 comentarios:

desconvencida dijo...

Tomo nota de la peli, si te ha interesado también lo hará la novela autobiográfica con la que Semprún ganó el Planeta en 1977 "Autobiografía de Federico Sánchez"...

Por cierto, te dejo aquí un emocionante artículo que escribió a raíz de la visita de Obama al campo de concentración de Buchenwald, donde él mismo estuvo preso:

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Bienvenido/presidente/elpepiint/20090606elpepiint_6/Tes

Anónimo dijo...

El hombre no pide nacer, no sabe vivir pero no quiere morir. Carlicos.

Helene Hanff dijo...

Muchas gracias, Desconvencida, por el artículo. Es conmovedor.

Carlicos, qué frase más cierta. Saludos!