sábado, 28 de noviembre de 2009

Betty



He vuelto al mundo Mad Men y en esta segunda temporada las protagonistas indiscutibles, por lo menos hasta donde yo he visto, son las mujeres. Bueno, no las mujeres en sí, sino el papel que éstas jugaban en la sociedad de la época. “¿Por qué me siento infeliz si tengo todo lo que se suponía que debía lograr para serlo? Una casa maravillosa, un marido guapo que gana dinero, unos hijos rubios, un armario lleno de vestidos…”. “¿Por qué si en el trabajo soy una de ellos siempre me siento excluida?”. “¿Por qué debo resignarme a no tener hijos únicamente porque el capullo con el que me casé prefiere seguir siendo un adolescente toda su vida? ¿Por qué debo callarme y seguir sonriendo?”.

Diferentes mujeres, vidas totalmente distintas, pero un punto en común: ¿cuál es mi papel? ¿A qué puedo aspirar en esta vida? ¿Debería romper moldes y luchar por algo que no sé si me van a dejar conseguir?

Y de entre todas estas vidas, de entre todas estas mujeres me quedo con una: Betty Draper. Me encanta este personaje porque tiene una lucha interior impresionante. Ha conseguido todo en la vida, todo lo que le dijeron que debía conseguir para ser la persona más feliz del mundo. Y no entiende nada porque, a pesar de que lo tiene, es totalmente infeliz y se siente culpable por ello. Fuma y bebe constantemente para neutralizar esa amargura. Pero estoy convencida de que va a explotar en algún momento.




Ella, que es una belleza, siempre elegante, sonriente, no puede entender por qué su marido, Don Draper, a veces no la ve. Es invisible para él en muchas ocasiones. Nunca conseguirá llegar a formar parte de todos los ámbitos de su vida. Siempre estará excluida de algún escenario y sabe perfectamente, que en ese lugar, él estará con otra. Lo asume porque no tiene alternativa: en esa época si una mujer se divorciaba, estaba perdida. Sin dinero, sin trabajo y con dos hijos. Era lo peor que podía ocurrir. Los hombres lo sabían. Las mujeres también. Así que jugaban a ese juego impuesto por la sociedad, en el que ellas siempre salían perdiendo.

Todo ha cambiado hoy. Pero me asusto, de veras, cuando veo comportamientos de Betty Draper en todas las mujeres. Me incluyo.

8 comentarios:

Elvira dijo...

Muy interesante reflexión. Han sido siglos de educación machista que nos han penetrado en las células. Poco a poco. No se puede conseguir todo en un par de generaciones.

Mi madre estudió en la universidad, pero luego fue ama de casa. Yo he estudiado y ejercido, pero todavía con todo el peso de las obligaciones supuestamente femeninas sumadas a las laborales. Mi hija ve las cosas de otra manera: lo que para mí fue una lucha, al menos en casa ella lo ha mamado, no ha tenido que luchar por ello. Quizás en tres generaciones sí lo consigamos. O cuatro. Pero hemos avanzado mucho por la igualdad.

Saludos

Cristina dijo...

Qué reflexión tan buena.

Hace poco leí un artículo buenísimo sobre Mad Men en el que ponían a la serie por las nubes, como se merece, pero ponían tanto a January Jones como a su personaje fatal, diciendo que ella no sabe interpretar y que por tanto el personaje no está a la altura del resto. Y estuve muy en desacuerdo porque el personaje de Betty me parece escrito e interpretado a la perfección, con esos cambios, esa tensión, ese quiero y no puedo que más de una tuvo que vivir en su propia piel y que, como tú dices, incluso a día de hoy sale a la luz a veces de la forma más inesperada como tú muy bien dices.

Anónimo dijo...

me encanta
huye de tu betty draper sin dejar de fumar como ella...



mochu

Helene Hanff dijo...

Elvira: es exactamente eso, trabajamos, pero seguimos asumiendo las tareas que la sociedad supone que son propias de nuestro género. Y yo que pensaba que mi generación sería diferente, sigo viviendo escenas espeluznantes.

Cristina: estoy de acuerdo contigo, para mí el personaje de Betty es uno de los mejores!

Xeli: en estos momentos, estoy fumando como Betty, jiji

Anónimo dijo...

por cierto, el inicio del articulo de elvira lindo de hoy parece sacado de nuestra conversacion sobre los genios...

yo tambien quiero ser tonta

mochu otra vez

Cristina dijo...

Curiosamente el otro dia en la TV una "experta" (lo vi empezado y de refilón, así que desconozco nombre y demás) comentaba que el problema de la generación actual que parece que tiene todo - o casi todo, al menos en teoría - dado en el aspecto de la igualdad, como ya no ha tenido que luchar para conseguirlo, sino que le ha caído del cielo, no se interesa tanto y es más dejada en este tema, por lo que en muchas cosas parece que vivimos un retroceso más que un avance.

Helene Hanff dijo...

Creo que es muy buena reflaxión, Cristina. Es verdad que suele pasar que no se valora lo que se ha conseguido sin luchar...

desconvencida dijo...

Acabé hace poco la tercera temporada, la verdad es que es una serie perfecta, no sólo por la ambientación en general (histórica, social, etc), sino por lo complejo de sus personajes... es cierto que al principio no se entiende muy bien el personaje de Betty, parece una mujer distante y fría... pero cuando avanza la trama llegas a entender hasta qué punto se siente encerrada en una "jaula de oro": se espera de ella que sea la perfecta madre y esposa, que no tenga aspiraciones laborales, que mire hacia otro lado ante las constantes infidelidades de su marido.... es cierto lo que dices de que es una olla a presión... en la tercera temporada dará alguna sopresa que otra, no te cuento más ;)