
Hoy he visto en La Casa Encendida la exposición de los proyectos premiados en Generación 2011, un programa con el que se pretende descubrir e impulsar el trabajo de artistas emergentes. Lo que más me ha llamado la atención ha sido la instalación de Pablo Serret de Ena: cinco banderas y cinco vídeos que relatan pequeñas conquistas vitales de cinco personas diferentes.
Aprender a decir no, enfrentarse a las injusticias o vencer la timidez. Situaciones cotidianas, con las que toda persona se puede sentir identificada. Yo lo he hecho. Por eso me ha gustado tanto.
Las Cumbres es el título del trabajo. Llegar a la cumbre representa el triunfo. Llegar a la cumbre implica esfuerzo, trabajo, superación. Llegar a lo más alto.
Una de las obras narraba la historia de una persona que no sabía decir que no. Un día tenía un no tan grande dentro de ella, que explotó. Y salpicó a todos de la peor manera. Fue una gran tragedia, así que tomó una determinación: no se cortaría el pelo hasta que aprendiese a decir que no, dejaría crecer su pelo hasta que el no le saliese de manera natural, con fuerza, sin sentimiento de culpa.
Para mí, las pequeñas conquistas vitales son los triunfos más grandes. No había caído en todas las que he conseguido en 2010 hasta que he visto hoy Las Cumbres. Me he dado cuenta, además, que el año pasado fui a la peluquería mucho más de lo que acostumbro. Casualidades.