miércoles, 27 de agosto de 2008

Los Americanos (Robert Frank)



"Robert Frank se tragó un triste poema desde la misma América y lo pasó a la fotografía, haciéndose un sitio entre los grandes poetas trágicos del mundo".


Así describe Jack Kerouac la obra del fotógrafo suizo Robert Frank (Zúrich, 1924) en el prólogo del libro Los Americanos, donde se recogen unas 80 fotografías que Frank realizó entre 1955 y 1956 mientras viajaba por las carreteras de casi 48 estados en viejo coche usado. Un desfile en Nueva Jersey, un funeral en Carolina del Sur, escaparates de Washington, un cóctel en Nueva York, carreteras de Idaho, un picnic en California, Arizona, Tennessee, Utah...El autor disparó 28.000 instantáneas, de las que seleccionó 86, creando la obra cumbre de la historia de la fotografía, que este año celebra su 50 aniversario, fecha que la editorial La Fábrica ha aprovechado para publicar por primera vez la edición española del libro.


El proyecto original comenzó siendo muy criticado y polémico. Frank contemplaba desde su concepción una vía totalmente independiente del fotoperiodismo. Recibió tantas críticas adversas que, en 1958, el libro tuvo que ser publicado en una editorial francesa y con título en francés porque los americanos se vieron ofendidos con el material y causó una terrible conmoción. Agunos creían verse reflejados en un espejo deformador.



El impacto fue fulminante. El lenguaje fotográfico empleado por Frank era totalmente innovador: ignoraba deliberadamente las reglas y las leyes de la composición tradicional creando fotografías que expresan un directo rechazo a la dictadura del instante decisivo. Frank esperaba hasta asegurarse de que lo que veía por el visor fuera exactamente lo que quería fotografiar: "Intento atrapar de nuevo lo que he visto y oído, lo que he sentido, ¡lo que sé!. No existe un momento decisivo. Hay que crearlo. Tengo que hacer lo necesario para que aparezca delante de mi objetivo".




Son retratos de personajes anónimos, capturados con naturalidad, donde se mezclan paisajes urbanos con entornos rurales que parecen extraídos de cualquier cuadro de Edward Hopper. Soledad. Inmensidad. Vacío. Tristeza. Vida. Realidad.


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