miércoles, 20 de agosto de 2008

Personajes secundarios (Joyce Johnson)



Joyce Johnson fue una mujer. Mujer antes que escritora. Mujer antes que personaje de la Generación Beat. Mujer porque eso determinaba todo. Jack Kerouac, Allen Ginsberg y los demás eran los artistas, los genios, los que alzaban la voz en las grandes reuniones. En cambio las mujeres, también escritoras y artistas y deseosas de huir, se dedicaban a sufrir de amor por estos genios indomables. Joyce lo dejó todo por Jack: su ascenso en una editorial, su libro que iba a ser publicado; todo por una simple palabra de él, aun sabiendo que Kerouac cambiaría de plan al siguiente segundo.
Es estremecedor comprobar cómo a veces la vida de una mujer se veía condicionada por la de un hombre y lo peor es que ella lo elegía libremente: "haz lo que quieras"- le decía Jack. Pero ella siempre acudía en su ayuda y luego lloraba en silencio cuando él partía. ¿Por qué a veces las mujeres anteponen el amor ante todo? ¿Aunque no sea correspondido y aun sabiendo que nunca lo será?.

"Jack y yo nunca volvimos a estar juntos. Aquel otoño nos separamos para siempre en una esquina. Ya eran demasiadas separaciones, demasiadas noches caóticas y empapadas en alcohol, y, siempre, aquella desconcertante distancia suya en la que se mezclaban la protección paternal y el rechazo (...)

Estábamos en un restaurante. En la mesa que compartíamos con un montón de pintores había una mujer, otra de las morenas de Jack, mayor que yo. Ya habían caído demasiadas botellas de vino cuando vi que los dos andaban muy ocupados descubriendo, sin recato alguno, que eran almas gemelas. Llegué al límite, al punto de esto "esto no cambiará nunca", lo que había estado soportando hasta entonces se me apareció, de repente, insoportable. Le pedí a Jack que saliera a la calle conmigo. Con un nudo de dolor en la garganta, me esforcé por dar con las palabras que más dolieran.
- ¡No eres más que un fanfarrón!


- ¡El amor no correspondido es una pesadez!

Furiosos, nos miramos fijamente, entre llorosos y divertidos. Eché a correr, esperando que me siguiera. Pero no lo hizo".

¿Por qué las mujeres tenemos que ser a veces tan mujeres?






2 comentarios:

gEmA dijo...

Estoy deseando terminar mi LIBRO DE AHORA para empzar a leer alguna de las historias de las que hablas...

me encanta que las compartas!y de qué manera!!!
enhorabuena por la página!

Helene Hanff dijo...

¡gracias guapa! echo de menos nuestras cañas locas, ¿cuándo qedamos?