Cuando éramos pequeñas nos odiábamos. Yo al menos, la odiaba bastantes veces al día. Lógico. Era dos años mayor que yo, compartíamos habitación, baño, televisión y Game Boy. Creo que ella a mí también me odiaba bastante. Nos pegábamos continuamente. Estoy orgullosa del hecho de que con la única persona con la que me he pegado en mi vida ha sido con ella. Con Inés. Mi hermana. Yo le mordía y ella me tiraba del pelo. Me ganaba siempre. Yo siempre lloraba para que mis padres pensaran que era ella la única culpable. Era la única táctica que tenía. Pero al poco tiempo dejó de funcionarme. Nos odiábamos durante el día, pero por la noche firmábamos un armisticio. Siempre nos dábamos la mano para ahuyentar a los fantasmas y los malos sueños. Por el día comenzaba de nuevo la batalla.
Siempre quise ser como ella. Vestir como ella. Escuchar la música que ella escuchaba. Pintar como ella lo hacía. Pero Inés lo odiaba. No podía soportarlo. De repente, se marchó de casa cuando empezó la universidad. Y tengo que reconocer que fue el peor año de mi vida. Al fin tenía esa habitación tan grande para mí sola. Pero yo ya no la quería. Fue entonces cuando empezamos a querernos. En realidad creo que siempre lo hicimos. Pero fue ese año cuando creo que nos dimos cuenta de que nos caíamos bien.
Echo de menos verla todos los días. Me encanta su optimismo y su forma de ver la vida. Su forma de ser. Cómo escucha y cómo se comporta con la gente. Lo que queda de esos días de gritos y peleas es que todavía hoy quiero ser como ella. Yo de mayor quiero ser como Inés. Me considero una persona muy afortunada porque a los hermanos no se los elige. Pero si yo pudiese hacerlo, no podría elegir a nadie que no fuese ella.
Siempre que escucho esta canción de Belle and Sebastian me acuerdo de Inés. Fue una de las muchas cosas que me enseñó. He pasado el fin de semana con ella y ya la estoy echando de menos. Para ti, Inés.
Ella me sacaría de aquí si yo estuviese muriendo. Y sí, siempre lloro en los finales.
lunes, 10 de noviembre de 2008
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4 comentarios:
Estos días me releí un poema de Ana Rossetti: Sta Inés en agonía. Búscalo, es precioso. Es la patrona de los adolescentes, no te parece precioso?
Eres mas monaaaa....digna hermana de tu hermana.
Lo buscaré, Emily!! gracias
Recuerdo una mesa. Era pequeña pero parecia un castillo. Cojines, estaban todos. Y el castillo no se caía. Persecuciones, juegos. Como la vida.
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