Varias personas me habían recomendado este libro del sueco Stieg Larsson y en cuanto vi la portada y leí el título, no pude resistirme. He de confesar que algunas veces, a la hora de elegir un libro, me dejo guiar por estas cosillas, a ver si me sorprende. Aunque casi nunca funciona.
Este libro lo tenía todo: recomendación, un título que me apasionó y una ilustración decadente, oscura, atractiva. No quiero decir nada. Sólo que después de leerlo me quiero convertir en Lisbeth Salander, enfundarme una chupa de cuero, hacerme tres tatuajes de pinchos y dedicarme a resolver misterios en islas perdidas de Suecia.
Lo mejor de todo es que todavía quedan otros dos libros de la trilogía, aunque aún no estén publicados en castellano. Mejor. Todavía no quiero abandonar este universo.
2 comentarios:
Tomo nota de lo de los tatuajes.
Eso si, de irte a Suecia, ni hablar. Desastre.
ya sabes que yo, si no me voy con equipaje, de momento aquí me quedo. y los misterios, que los resuelvan otros
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